Ahora que el poder financiero se quiere quedar con el Partenón y buena parte de las islas griegas, no está demás recordar al finado Rudiger Dornbusch, profesor del Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) y codiciado asesor de los principales bancos de inversión, quien en los primeros meses del año 2002 clamaba ante nutridos auditorios que "un equipo extranjero debería intervenir el gobierno argentino y asumir el manejo en áreas críticas como el control y la supervisión del gasto público, la impresión de dinero y la administración tributaria. Recién después de ceder temporariamente su soberanía en esas áreas, el Fondo Monetario debería asistir financieramente al país". (...) "Alguien tiene que manejar el país con mano firme; una dictadura no sería creíble ni deseable, advierte, en tono democrático. Y alerta que más dinero del FMI sin una profunda intromisión extranjera para cambiar las reglas de juego no evitará la autodestrucción del país." (Página 12, 2 de marzo de 2003).
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