sábado, 20 de marzo de 2010

"Tengo enemigos poderosos, porque los trabajadores están conmigo"


La presidenta Cristina Fernández visitó las provincias de Neuquén y Río Negro, donde encabezó un acto por el centenario del Dique Ballester, junto los gobernadores Jorge Sapag y Miguel Saiz. Allí convocó a debatir la necesidad de construir "un país diferente" y centrar la discusión en "cuestiones concretas".

Al iniciar su discurso, la jefa de Estado rindió homenaje a Felipe Sapag, ex gobernador de Neuquén fallecido hace días en su provincia. "Fue uno de los fundadores de esta Neuquén contemporánea", expresó.

Luego, recordó que la construcción del dique Ballester "permitió la fundación de una de las economías más importante de la Patagonia, como lo es la del Alto Valle de Neuquén y Río Negro". Y en ese marco, resaltó que la obra, impulsada por hombres que quizá tuvieron una visión de país diferente a la de su administración, es una muestra del tipo de emprendimiento que el país necesita para crecer.

Por eso, defendió a la obra pública como herramienta para "transformar la vida de la gente" y en ese sentido sostuvo que "estamos trabajando como corresponde para mejorar siempre la calidad de vida de los argentinos".

También recordó que desde su gestión se consagró por vía de la ley que los jubilados reciban dos aumentos anuales, se devolvió a los sindicatos poder para negociar en paritarias y se estableció la asignación universal por hijo, hechos que - dijo - también han modificado la realidad de miles de argentinos. "Este gobierno vino a reparar y devolver derechos, por eso tengo enemigos poderosos, porque los trabajadores están conmigo", aseveró la Mandataria. Y agregó, en referencia a los trabajadores que asistieron al acto: "Los voy a representar siempre, y siempre voy a estar al lado de los más vulnerables, de los que menos poder de lobby tienen".

Además, sostuvo que "somos el gobierno que ha construido el piso de protección social más importante", al tiempo que se manifestó orgullosa de "haberle devuelto a este país el honor de ser un lugar donde se respetan los derechos humanos, es un ejemplo en el mundo en este aspecto, y también estamos logrando dejar atrás aquel 2001, donde los que se fueron en helicóptero y los que declararon el default después, nos dejaron un país en llamas".

"Quiero devolverle a la Argentina el nombre que alguna vez tuvimos en el mundo, que no nos conozcan como los que no pagan lo que deben o los que no respetan los derechos humanos", expresó Cristina Fernández. En ese sentido recordó también que "en 2005, por primera vez en la historia, cuando se negoció la deuda del país se pagó mucho menos que lo que decían los papeles, porque en esos papeles había mucha trampa". Y que "durante estos 7 años hemos venido profundizando el desendeudamiento del país".

Agregó entonces que "queremos seguir desendeudándonos con la plata que también hemos juntado durante este gobierno los argentinos". "Parece mentira, pero recibimos la Argentina con apenas 8 mil millones de reservas, hemos trabajado y las hemos hecho crecer en 50 mil millones de dólares, y hoy queremos utilizar una pequeña porción de esas reservas, y los que nos endeudaron, los que las vaciaron , incluídos los que defaultearon, no nos quieren dejar hacerlo", lamentó.

Por ese motivo, manifestó: "estoy abierta a toda propuesta para pagar la deuda, pero con dos condiciones, que no nos endeuden más y que no le hagan pagar la deuda que contrajeron 4 vivos a todos los argentinos"

"Conmigo con el ajuste no vengan, porque yo no voy a ajustar en Argentina", sentenció la Mandataria.

Asimismo, destacó la "solidez" del modelo impulsado desde su gobierno plasmada en los buenos números que arrojan los mercados financieros de cara a cada medida económica que se adopta. "Un país tiene que ser serio, responsable y dar certeza de que vamos a pagar, y lo vamos a hacer sin ahogar el consumo", explicó a la multitud que acompañó el acto la Presidenta.

"La Argentina se ha vuelto a poner de pie, y por eso algo de confianza me tienen que tener", dijo la Jefa de Estado, y agregó: "Ha pasado el año más difícil de la economía en el mundo y esta Presidenta piloteó la tormenta ayudada por un equipo de gobierno y por legisladores que también entendieron la necesidad de seguir profundizando el proceso de renovación y cambio".

"No tenemos que perder esta oportunidad magnífica del bicentenario de pensar un país diferente, un país industrializado con valor agregado, y por eso estoy dispuesta a dar todas las discusiones políticas, todos los debates, pero quiero que discutamos ideas, proyectos concretos, y si son mejores que los nuestros, los vamos a llevar adelante", concluyó su exposición la Mandataria.

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