sábado, 23 de mayo de 2009

A confesión de parte...


Luis Barrionuevo, el impresentable dirigente sindical gastronómico, aseguró que el ex presidente Eduardo Duhalde, ese de la maxi devaluación y de la pesificación de la deuda de los grandes grupos empresarios, “apoya” al candidato de Unión-PRO Francisco De Narváez y que “se está preparando” para encabezar el PJ bonaerense tras las elecciones.
El gremialista dijo que habla “permanentemente” con Duhalde y que “se está preparando para ser el conductor del PJ la provincia a partir del 29. El gastronómico también criticó la forma en que se armaron las listas de Unión Pro: “Son muy desprolijos esos tres chicos, hicieron mal las cosas, se pelean por televisión”. Y si, lo mafioso se debe tramar en silencio...


El Mundo (España, 4 de febrero de 2002)
Duhalde beneficia a las empresas con deudas y perjudica a los ahorradores

JUAN IGNACIO IRIGARAY. Especial para EL MUNDO

BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino resolvió sanear los pasivos de las empresas sacrificando a los ahorradores y contribuyentes, que cargarán con buena parte del coste de la operación. La buena nueva para los empresarios iba a ser anunciada anoche por el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, en un mensaje al país.

Al decidir qué sector gana y quiénes pierden con la traumática devaluación de la moneda y la pesificación de la economía, el presidente designado, Eduardo Duhalde, se inclinó por salvar a los deudores pesificando sus pasivos en dólares a un cambio tan beneficioso que los reduce a la mitad.

La operación consiste en exhumar la ya derogada convertibilidad -un dólar igual a un peso- y aplicarla a todas las deudas con los bancos. Así, si cada dólar adeudado equivale a un peso, al final la deuda se queda en 0,50 dólares, ya que el billete verde cotiza en el mercado a dos pesos.

Además de esa significativa reducción, las empresas tendrán un año de gracia para empezar a pagar sus deudas a los bancos.

Los bancos, a cambio, recibirán por la diferencia bonos en dólares que emitirá el Estado. Los economistas calculan que sumarán al menos 16.000 millones de dólares a la ya impagada deuda pública de 150.000 millones.

Aunque algunos ministros y secretarios del Gobierno de Eduardo Duhalde pugnaban ayer por pesificar también la deuda del Estado con los bancos, las administradores de fondos de pensión y las compañías de seguros, hasta última hora de ayer no había una definición y continuaban todas las negociaciones.

Toda la pesificación, así como las compensaciones a la Banca, fueron acordadas durante varias cumbres del ministro Jorge Remes Lenicov con los empresarios y los banqueros, organizados en la Asociación de Bancos de Argentina (ABA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA).

El plan inicial de la llamada pesificación uno a uno beneficiaba sólo a los particulares que tienen deudas inferiores a 100.000 dólares (186 millones de pesetas, unos 110.000 euros), pero tras las reuniones del Gobierno argentino con los banqueros y empresarios surgió que alcance también a los pesos pesados de la economía.

El sistema financiero tiene prestados 71.609 millones de dólares. De ellos, el mayor pasivo corresponde a la petrolera argentina Pérez Companc, que debe 349 millones de dólares. Le sigue Repsol YPF con 310 millones de dólares y el tercero pertenece a la francoitaliana Telecom, con 280 millones. Las dos primeras cobran en dólares sus exportaciones y se beneficiaron con la devaluación.

'Varita mágica'

Por el contrario, a los ahorradores no les toca la varita mágica que revive la convertibilidad para los deudores. Sus depósitos en los bancos suman 66.000 millones de dólares y no recibirán la pesificación uno a uno, sino que se convertirán a 1,40 pesos por dólar, perdiendo los 60 centavos restantes hasta el valor real de dos pesos.

No sólo eso, sino que los pesos devaluados de plazos fijos y depósitos, para mayor desgracia de todos sus propietarios, siguen congelados en el corralito bancario.

El Gobierno resolvió que los bancos entreguen certificados o bonos, con los que cada ahorrador podrá cancelar deudas, comprar bienes registrables y abrir plazo fijo en otro banco.

Los que quieran recuperar sus ahorros deben arriesgarse a esperar el cronograma de devolución.

El Gobierno asegura que los bancos empezarán a restituirlos a partir del mes de marzo del año 2003, en cuotas mensuales que se extenderán hasta diciembre de 2005. Esos plazos suenan a calendas griegas a los argentinos.

Sin embargo, los bancos de origen anglosajón, entre ellos HSBC y Citibank, habían planeado devolver a los ahorradores sus dólares. Pero el Gobierno no lo autorizó porque, según sus previsiones, hubiera significado el derrumbe de los bancos argentinos y los de origen extranjero que no restituyeran los billetes estadounidenses.

Como la Corte Suprema resolvió que la congelación de los depósitos es inconstitucional y el actual Gobierno argentino, enfrentado con el tribunal, pesifica los dólares de la gente, se prevé que a lo largo de esta misma semana haya más cacerolazos y protestas de los ahorradores en los bancos y frente a la casa de Gobierno y el Parlamento.

El nuevo paquete económico elimina por completo el mercado dual de cambios, tal y como exige el Fondo Monetario Internacional (FMI).

No habrá más dólar al cambio oficial de 1,40 pesos y su cotización flotará libremente en el mercado.

También se libera a los salarios del corralito bancario, con lo cual los trabajadores podrán retirar toda su remuneración del banco.

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