lunes, 22 de junio de 2009

Almas bellas


Hoy en Página 12 la socióloga y candidata junto a Pino Solanas por Proyecto Sur, Alcira Argumedo, clama por "muchas almas bellas... en favor de las mayorías sociales".

Como intelectual siempre he respetado a Alcira, pero me decepciona en su rol de candidata. Proyecto Sur me recuerda a aquellas Miss Universo que dicen estar preocupadas por la paz en el mundo y los niños pobres, mientras son parte de uno de los tantos circos de la sociedad de consumo. Cuando hubo que jugárselas contra el bloque de poder acompañaron a lo más rancio de la oligarquía argentina. Ayer verla a Alcira ser ninguneada por Mariano Grondona me dio vergüenza ajena. Todo por la necesidad de obtener el voto "anti K".

Cuando están en disputa las grandes líneas políticas que definirán el rumbo que tomará el país en los próximos años, golpear desde la ONG de las grandes y nobles causas es una política muy mezquina.

Alguien se hubiera imaginado a Jauretche o a Scalabrini acompañar a la "Unión Democrática" y a la "Revolución Libertadora" por la ley de glaciares o más concretamente por el contrato con la Standard Oil de California?

Alcira bien sabe que los procesos populares son sinuosos, con avances y retorcesos y si de algo carecen es de la pureza de los libros de teoría política. Por ello el rol de Alcira me molesta más que el de Pino, un cineasta con todo el narcisismo que el medio puede ofrecer y que en su momento lo llevó a a dar el portazo en la construcción de lo que fue el FREPASO...

Hoy leo que el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, principal referente de la comisión episcopal de Educación Católica y “garante moral” del banquero estafador Francisco Javier Trusso, denunció que la enseñanza que reciben los estudiantes en las escuelas públicas está "inficionada de una gran dosis de ideología", inspirada en el neomarxismo de la Escuela de Frankfurt. Y recuerdo a la dulce Michetti y su vinculación con toda esta cúpula eclesiástica que ataca al Gobierno y nada tiene para decir del padrecito Grassi o del terrorífico Von Wernich.

Y entonces me surge recordarle a las "almas bellas", convencidas además (vaya a saber por quién) que representan lo más puro de esta Nación, que son éstos los jinetes que avanzan mientras ustedes pretenden discutir del sexo de los ángeles. Del ridículo no se vuelve. Si no, ahí los tienen a los trotskistas y maoístas que creyeron ver en De Angelis al nuevo líder y conductor de la revolución obrero campesina...

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