¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
jueves, 11 de junio de 2009
El curita Grassi podrá volver con los niños... Felices?
Una vez más comprobamos la permisividad de la Justicia para con los delincuentes. Convoquemos al rabino Bergman y gritemos juntos: Seguridad... Seguridad... Seguridad!
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